Las láminas de protección solar son una película delgada que se coloca en las ventanas para reducir la cantidad de luz solar que entra a través de ellas, además de bloquear los rayos UV dañinos. Estas láminas pueden ser de diferentes materiales, pero generalmente están hechas de poliéster, policarbonato o vinilo.

La protección solar de las láminas se mide por su factor de protección solar (FPS), que indica la cantidad de energía solar que la lámina bloquea. Cuanto mayor sea el FPS, mayor será la protección que brinda la lámina.

Además de reducir la cantidad de luz solar y proteger contra los rayos UV, las láminas de protección solar también pueden tener otros beneficios. Por ejemplo, disminuir la carga de trabajo del sistema de climatización al bloquear parte del calor solar que ingresa a través de las ventanas, además evita la decoloración de los objetos por la luz extrema a través de los cristales y protege el espacio de trabajo y sus elementos de dichos rayos en el día a día.

Por lo tanto, el ahorro de energía y la reducción de las emisiones están a la orden del día gracias a su característica intrínseca de aislamiento térmico. Con la ayuda de las láminas de control de filtro solar, el grado de pérdida calorífica que se produce a través del cristal reduce la necesidad de trabajo de los aires acondicionados, disminuyendo así el gasto energético.

En general, las láminas de protección solar son una opción conveniente y efectiva para reducir los efectos negativos de la luz solar en hogares, oficinas y edificios. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las láminas son iguales, por lo que es importante contar con la visión y opción de un profesional para elegir el tipo de lámina de protección solar que mejor se adapte a las necesidades específicas de cada espacio.